lunes, 27 de febrero de 2012

5. Equivalencia de intercambio


“El hombre no puede obtener nada sin entregar primero algo a cambio. Para crear algo de igual valor debe perderse. Es la primera regla de la equivalencia de intercambio." Con esta cita inicia una de mis series favoritas llamada Full metal alchemist.

Durante esta semana estuve pensando mucho en todos los planes que tengo para mi futuro. Entre ellos, terminar mi carrera. Al reflexionar sobre esto me di cuenta lo poco que me falta para salir al mundo y el tiempo que he tardado en concluirla.

Lo primero me preocupó mucho. Antes de esta semana no me había percatado de lo serio del asunto. Para ser sincero ni siquiera había pasado por mi mente lo que haré cuando eso suceda. Creo que muy pocos pensamos realmente en ello.

La idea de un empleo pasó por mi mente y un escalofrío me recorrió la espina. No es que no me guste trabajar, ni mucho menos que tenga algo en contra de las personas que honradamente se ganan la vida laborando en una empresa ajena. ¿Pero por qué conformarse con eso? En verdad me inquieta la idea de una vida, esclavizado, en una  compañía de otra persona .

Insisto, no tengo nada en contra de las personas que desean desarrollarse de esa forma. Pero me pregunto por qué ser un pobre peón en el tablero de ajedrez de otros si podemos ser los reyes de los nuestros.

Se preguntarán qué relación tiene la frase con que empiezo esta entrada y bueno creo que responde las preguntas que me planteo.

Todos tenemos buenas intenciones y ganas de hacer las cosas, pero no queremos sacrificar nuestra comodidad para obtenerlo. Me incluyo al decir que nos cuesta mucho trabajo pagar el precio del éxito. Tanto, que en lugar de terminar la licenciatura el año pasado, la terminaré el próximo.  Es verdad que para obtener algo hay que sacrificar otra cosa del mismo valor, y en el caso del éxito, esto se traduce en tiempo, esfuerzo y dedicación, entre otras cosas.

Todos tenemos el potencial de alcanzar la cima y ser los mejores. ¿Pero cuántos estamos dispuestos a pagar el precio?

Nos vemos la próxima semana...


lunes, 20 de febrero de 2012

4. Un mundo de Locos

Abro los ojos y no puedo distinguir más allá de mi nariz. La oscuridad total me abraza. Lucho por moverme pero es inútil porque, ya que mis brazos y piernas es encuentran atados. Tengo una camisa de fuerza. Una persona se asoma por un pequeño agujero.


Se abre la puerta y la persona que se encontraba detrás entra. Al parecer es un doctor o al menos eso me imagino. Me mira de forma muy extraña y me dice que pronto estaré bien. Las alucinaciones pronto cesarán y podré irme a casa. No entiendo qué quiere decir con eso. No sé cómo ni cuándo llegué aquí. Soy normal. No tengo ningún problema. Me pregunto qué querrá decir con alucinaciones. Nunca he tenido algo parecido.

Me llevan a una habitación. Me atan a lo que parece ser una cama con correas. Me rodean y no entiendo lo que intentan hacerme. Intento comprender por qué me hacen esto y qué fue lo que hice. No hallo lo que está mal. Me colocan algunos artefactos en diferentes partes del cuerpo.

Siento como si mil agujas pasaran por mi cuerpo. La electricidad me lastima. Intento gritar pero la fuerte corriente me impide abrir la boca. Todos mis músculos están contraídos. Se me nubla la vista. Despierto en la misma habitación oscura y no se cuánto tiempo ha pasado. Suplico me dejen salir pero mis gritos se ahogan en el vacío.

Despierto sudando. Todo fue un sueño. Reflexiono y concluyo que lo que me sucedió no está muy alejado de la realidad. La situación en los hospitales mentales es algo complicado.

Me pregunto si las personas internadas en verdad estarán, como las llamamos, locas. Incluso he llegado a pensar que posiblemente nosotros somos los que hemos perdido la razón y ellos simplemente están en un nivel superior de conciencia.

No me parecería extraño en verdad fuera así. El mundo está cada vez peor. ¿En qué momento perdimos la calidad de humanos para convertirnos en animales? Asesinatos, asaltos y peleas son el pan de cada día. Me enferman los idiotas que creen que actuar como gorilas es una forma de ser respetados. Me dan lástima.

Los que deberíamos estar ahí dentro y recibir esos tratamientos somos nosotros. Si no fuera por la máscara hipócrita que mostramos todos los días seríamos peores que los que encerramos por ser diferentes.

Estoy seguro que no soy el único que cree que vivimos en un mundo podrido. Agradezco a Dios por las personas bondadosas que todavía sobreviven  y hacen que sea soportable vivir en este mundo de locos.

Nos vemos la próxima semana…

martes, 14 de febrero de 2012

3. Aprendiendo a Volar




Una vez más la semana ha terminado escapándose de mis manos más rápido de lo que esperaba. No entiendo por qué sucede esto. El tiempo no rinde para todas las actividades que tengo durante el día. Quisiera hablar de una de ellas. Una de mis favoritas. Gimnasia.


Al escuchar la palabra “gimnasia” la primera imagen que viene a la mente de la mayoría son los juegos olímpicos, ejercicios de alto nivel acrobático y  deportistas de ambos géneros con una fuerza y agilidad por encima del promedio. Saltos mortales, caballo con arzones, anillos y viga de equilibrio son algunas de las palabras que relacionamos. Sin duda éste es uno de los deportes más espectaculares del mundo.


El primer acercamiento que tuve con ésta actividad fue hace algunos años y como es común fue por televisión. Desde el momento en que vi la ejecución de los ejercicios la curiosidad me invadió y decidí practicar esta excelente disciplina ignorando los comentarios.


En México es un deporte poco practicado. Algunas razones podrían ser los duros entrenamientos, las posibles lesiones y la inseguridad que muchos tenemos.


Si bien es una actividad peligrosa y exigente los resultados son impresionantes. La sensación que da el poder realizar un mortal el poder que se siente al hacer un cristo o el simple hecho de poder caminar parado de manos es algo inigualable. Muchas veces es como volar.


No niego que nos lastimemos de vez en cuando, mas con un entrenamiento correcto y ordenado las lesiones se reducen al mínimo. Sin embargo, existen lesiones que son obligatorias, como las ampollas en las manos y los callos que literalmente se arrancan de la piel durante la práctica, especialmente en la barra y anillos.


Ser gimnasta no es nada fácil. Se requiere pasión y dedicación para obtener resultados. Tener flexibilidad, fuerza, agilidad, coordinación, ubicación espacial y voluntad inquebrantable son algunos requisitos. La mayoría de estos se adquieren con el entrenamiento pero el último es necesario desde que se comienza a practicar.


Muchas veces la frustración y la impaciencia nos invaden al no poder realizar algunos movimientos. En ese momento siempre viene a mi mente la frase “Si fuera fácil, cualquiera lo haría”. Todas esas dificultades, cansancio, dolor y frustración son recompensadas en el momento en que se alcanza la meta.  Insisto en que la gimnasia es una actividad exigente y difícil pero no imposible. Lo único que nos podría impedir hacerlo es alguna discapacidad. Puede resultar más difícil para algunas personas pero NO HAY NADA INALCANZABLE.


No sé si con esto se animen a intentarlo. No es lo que pretendo y por lo pronto sé que mientras pueda seguiré entrenando y APRENDIENDO A VOLAR.


Nos vemos la próxima semana…

domingo, 5 de febrero de 2012

2. Nuestro Mundo



Me encuentro sentado en un autobús. Voy de regreso a la ciudad después de un fin de semana con mi familia en el estado de Veracruz. Mientras espero impacientemente llegar a mi destino reflexiono sobre las cosas que sucedieron durante la semana, la cual una vez más pasó demasiado rápido.

Es domingo por la noche y la ciudad a lo lejos se ve iluminada y hermosa. Es increíble la manera en que las luces iluminan el cielo nocturno. A kilómetros de distancia puede notarse que nos acercamos a la urbe. Observando este espectáculo, me detengo una vez más a reflexionar en los sucesos de esta semana, aunque los únicos dos que llamaron mi atención son sumamente superficiales. Me parece que estoy deprimido.

Un rayo parte el cielo en dos. Eso me hace pensar en lo pequeños y frágiles que somos, y me hace recordar uno de esos acontecimientos que hicieron que mi semana no pasara como cualquier otra.

Durante la semana me encontré observando el cielo, situación que sucede cada vez más seguido. De pronto me llamó la atención el tamaño de las nubes de tormenta que se apreciaban a lo lejos en el horizonte. Me pregunté qué le está sucediendo a nuestro mundo. 

Los fenómenos meteorológicos se presentan cada vez de forma más agresiva y en escalas mucho mayores a las que se presentaban. Nunca había visto unas nubes de ese tamaño.

Reflexionando en este fenómeno del clima que presencie durante la semana, comienzo a analizar la situación de nuestro planeta y en la manera en la que estamos deteriorándolo. Recuerdo un documento que leí en mi clase de desarrollo sustentable que hablaba de la forma en que el ser humano ha utilizado los recursos de nuestro  planeta de forma irresponsable y desmesurada y, a mi parecer, las consecuencias de nuestra irreverencia están presentándose de forma cada vez más rápida. El documento terminaba con una frase que me pareció muy real:

“Sólo después de que el último árbol sea cortado, el último río sea envenenado, el último pez sea apresado. Sólo entonces sabrás que el dinero no se puede comer”.

El dinero no se puede comer. Las grandes empresas se preocupan por colocarse a la cabeza del mercado con sus productos. Las grandes fábricas están muy preocupadas por tener los procesos productivos más baratos y eficientes del planeta. Vivimos preocupadas por obtener estos productos lo más pronto posible completando el ciclo del consumismo esperado por las grandes empresas.

¿En qué terminará toda esta situación?. El temor me invade al pensar que será demasiado tarde cuando intentemos hacer algo. La tierra se deteriora a pasos agigantados. Solamente espero que ésta moda de la ecología no sea un truco de mercado y que de verdad surja en nosotros una conciencia más amigable con nuestro medio ambiente, ya que si no lo hacemos quién sabe qué podrá pasar.

Nos vemos la próxima semana…